Una de las mejores maneras de explorar Ámsterdam, y de sentirse un poco como un local, es montando en bicicleta.
Moverse en bicicleta por los canales de Ámsterdam y a lo largo de la extensa red de carriles bici (más de 400 km marcados por una línea blanca y el símbolo de la bici), es una de las experiencias más bellas y atractivas que se pueden realizar en Ámsterdam.
Pedaleando por la ciudad prestad atención a las otras bicis, a los coches, a los peatones y a las vías del tranvía. La mejor manera de señalar vuestra presencia es tocar el timbre aunque los locales no lo hacen a menudo.
Acordaos de respetar todos los semáforos y las señales de tráfico, y de que después del atardecer es obligatorio encender la luz blanca delantera y la luz roja trasera.
Cerca de las estaciones de tren y en algunas plazas de Ámsterdam se pueden encontrar estacionamientos para bicicletas. Si aparcáis las bicicletas fuera de las zonas indicadas, la policía procederá a su retiro.
Podéis alquilar una bici en casi cualquier lugar de Ámsterdam, tal vez incluso en vuestro hotel. Recordad que las empresas de alquiler os pedirán que dejéis el carnet de identidad y un depósito.
Entre los mejores centros de alquiler de bicicletas recomendamos:
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.