Ámsterdam, la Venecia del Norte, ofrece a los visitantes muchas atracciones y puntos de interés.
La ciudad es famosa por los canales, las casas con fachadas coronadas por hastiales triangulares, los Bruin Cafés y, por supuesto, el barrio rojo, pero la capital de los Países Bajos tiene mucho más que ofrecer.
Romántica y encantadora, Ámsterdam debe ser descubierta lentamente, tal vez montando una bicicleta, para apreciar su bella arquitectura, sus puentes y su pintorescos rincones escondidos.
Si os gusta el arte no podéis perderos el Rijksmuseum, el Stedelijk Museum y el Museo de Van Gogh. No menos interesantes el Amsterdam Museum, el Museo histórico, el Historisch Museum Joods, alojado en cuatro antiguas sinagogas y el Museo Ons ‘Lieve Heer op Solder. Imperdible el Museo de Ana Frank.
Id al descubrimiento de los 165 canales de Ámsterdam tal vez tomando parte en un crucero con cena. Los canales famosos por las estructuras aristocráticas del Siglo de Oro que los bordean son el Singel, el Herengracht, el Keizersgracht y el Prinsengracht, pero igualmente bellos son los canales menores Leliegracht, Bloemgracht, Egelantiersgracht, Spiegelgracht y Brouwersgracht.
Destinos inevitables de vuestra estancia en Ámsterdam el famoso Bloemenmarkt, el mercado de las flores, el De Gooyer, uno de los 8 molinos de viento que todavía se encuentran en Ámsterdam, ubicado encima de la famosa cervecería Brouwerij ‘t IJ, una vuelta en el Red Light District y el Begijnhof, el patio de las beguinas.
Muy hermoso e ideal para un picnic con comida holandesa y para relajarse al aire libre, el Vondelpark, el pulmón verde de la ciudad, y la playa de Blijburg, en la isla artificial de Ijburg. Ideal para desconectar también la Openbare Bibliotheek, mucho más que una biblioteca.
A quien le guste hacer shopping no puede dejar de visitar los numerosos mercadillos de Ámsterdam: el más famoso es el mercado de Albert Cuyp, ubicado en el corazón de Pijp, pero vale la pena también en el Dappermarkt, el Noordermarkt y Lindenmarkt. Más turístico el gran mercado de Waterlooplein.
Para apreciar mejor el ambiente tranquilo de Ámsterdam y relacionarse con la gente, podéis hacer una parada en uno de los Bruin Cafés dispersados por toda la ciudad y, especialmente, en el Jordaan.
Si queréis animar vuestras noches podéis ir a los clubes Melkweg y Paradiso.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.