Moverse en Ámsterdam es muy sencillo. Si queréis abandonar el papel del turista y confundiros con los lugareños, entonces tenéis que moveros en bicicleta por Ámsterdam! En la capital de los Países Bajos, de hecho, no importa si está lloviendo, si hay viento o nieve, todos se mueven sobre dos ruedas.
Con la bicicleta se puede descubrir la ciudad con facilidad y diversión, el terreno es plano y los carriles bici están por todas partes. Hay agencias de alquiler de bicicletas en todos los rincones de Ámsterdam.
Ámsterdam es fácil de visitar también en autobús, ya que está servida por una extensa red de transporte público. Los billetes se pueden comprar directamente a bordo, acordaos de tener cambio o billetes pequeños, o si no podéis optar por comprar la Amsterdam Card, una tarjeta que os permitirá utilizar los autobuses de forma gratuita durante 24, 48 ó 72 horas.
El tranvía es sin duda una de las formas más cómodas de moverse en Ámsterdam: conecta eficientemente el Centro Medieval con numerosos barrios. Los billetes se pueden comprar directamente a bordo como en los autobuses o se puede optar por las tarjetas válidas para uno o más días.
Si tenéis un coche de alquiler en Ámsterdam, o habéis decidido llegar a la capital de los Países Bajos en coche, vuestros desplazamientos serán fáciles. La autopista A10, de hecho, es una carretera de circunvalación con forma de anillo de 32 kilómetros que rodea el centro de Ámsterdam, y que os permitirá llegar a los diferentes barrios de la ciudad a través de cómodas salidas indicadas con la letra S. Tened en cuenta que en la ciudad las carreteras son estrechas y la red de carreteras es un laberinto de calles de un sentido, canales y bicicletas.
También podéis optar por viajar en taxi. Los coches se pueden parar en la calle o se puede pedir al hotel que llame. También podéis descargar la aplicación Taxi Nu y gestionar todo con un clic.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.